Con Chuck Prophet delante, dándolo todo con una sonrisa en los labios, se me olvida por un momento aquello de que "rock and roll is dead". Artistas como él le hacen el boca a boca a un género en serio peligro de extinción, en el que abunda la copia cutre y el postureo. Chuck es auténtico, no va de nada y lo tiene todo: estilo, guasa, frescura y buenas canciones.
Aunque me gustan mucho los tecladitos tontunos de su mujer, al final me alegré de que no viniera, porque... desafina una mijita, ¿no creéis? A mí me desconcentra, la verdad. Sin ella, todo me pareció más empastado y armonioso, y el guitarrista brilló más haciendo los coros. Por cierto, qué guitarrista, así da gusto desarrollar las canciones y jugar al call and response. Los momentos de guitarras dobladas, esos diálogos tan bonitos entre Chuck y su guitarrista, merecen mención aparte. Cuánta belleza...
2 comentarios:
Un gran concierto lu, hacía tiempo que no disfrutaba tanto con en concierto. Chuck Prophet is the answer. Saludos
Pues discrepamos en eso, querida. A mí me hubieran encantado los teclados, me quedé sin mi "Laughing on the inside" y eso duele un poco entre tanta grandeza. Enorme el Profeta. Besos.
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