Descubrí a Emilia Pardo Bazán gracias a la insistencia de Lula Fortune. "Te va a gustar, Lu, te va a sorprender". No podía llevar más razón mi galleguiña. El blog de Lula es uno de los primeros que visité y de él siempre me he llevado cosas muy buenas, auténticas epifanías como ésta. Por supuesto, leí a Emilia, y me encontré con una amiga invisible con la desgraciadamente no he tenido la oportunidad de compartir tiempo y espacio, una mujer maravillosa. Me sorprendió mucho su prosa sencilla y juguetona, los temas de sus cuentos, tan actuales e incisivos, su sentido del humor y su crítica aplastante al papel secundario que se le daba a la mujer en la época que le tocó vivir.
Pero claro, una cosa es la literatura y otra la vida real, y siempre la realidad supera a la ficción. Siempre. El caso es que Lula siguió investigando sobre la vida de Emilia más y más, cada vez más, hasta el punto de sentir que estaba "profanando" su intimidad. Sir John Moore, otro bloguero, la acompañó en ese camino y el resultado es este fantástico libro: "Miquiño mío". La blogosfera no deja de sorprenderme, es increíble lo que puede salir de aquí.
¡Yo no sabía que Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós habían tenido una relación amorosa! Bueno, poca gente lo sabe ahora y ¿nadie? lo sabía entonces, todo fue muy secreto y clandestino, lo que otorga a la historia un componente de cotilleo deliciosamente morboso. ¡Emilia y Benito juntos! ¡Flipa!
Si el público supiese que tú y yo...
El libro está compuesto por 93 cartas: una de Galdós (la primera, fechada en abril de 1883) y 92 de Emilia. El epistolario recoge un periodo largo ¡¡¡de 32 años!!! y permite hacerse una composición de cómo fue creciendo y desarrollándose su bonita amistad. Emilia era condesa, se casó joven y tuvo tres hijos muy pronto. Sin embargo, vivió separada del marido y luchó por ser una mujer independiente y emancipada, ganándose la vida con su trabajo como escritora. En este sentido, contó con el apoyo de su padre...
"Mira, hija mía, los hombres somos muy egoístas, y si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di que es mentira, porque no puede haber dos morales para dos sexos". José Pardo Bazán.
Benito, por su parte, era soltero, aunque tuvo muchas aventuras e incluso una hija. Sin embargo, la relación que mantuvo con Emilia puede decirse que fue la más especial, por duración y camaradería. Es apasionante descubrir cómo se citaban en clave por las calles de Madrid, cómo esperaban y celebraban sus encuentros con cartitas y mensajes ocultos en otras cartas más públicas y "formales".
Os dejo un pequeño fragmento de una de las cartas, escrita por Emilia el 5 de octubre de 1889, después de haberse pegado ambos una escapada romántica y secretísima a Alemania. Esta mujer, guapa no era, pero graciosa... un rato.
"Haz por venir pronto, cielo feo, monigote, y mientras no puedas arrancarte de esas playas escríbeme bien largo y dime todo lo que haces y piensas. ¡Cuán grande va a ser mi orgullo si me dices que tus saudades corren parejas con las mías, y que tú también has encontrado en mí la compañera que se sueña y se desea para ciertas escapatorias en que burlamos a la sociedad impía y a sus mamarrachos de representantes!
¿Cómo estás de apetito y sueño? ¿No se resiente tu salud a los extraordinarios deportes viatorios? ¿Cómo anda la viuda del palillo? ¿Has estrenado (para otras) mi corbata?
Imposible parece que después de lo muchísimo que charlamos ya en los fementidos y angostos lechos germánicos, ya en los lujosos vagones, al amparo de los feld-mariscales que nos abrían la portezuela y nos llamaban príncipes, quede todavía una comezón tan grande de charlar más y un deseo tal de verte otra vez en cualquier misterioso asilo, apretaditos el uno contra el otro, embozados en tu capa o en la mía los dos a la vez, o tumbados en el impuro lecho, que nuestra amistad tiernísima hace puro en tantas ocasiones. Sí, yo me acuesto contigo y me acostaré siempre, y si es para algo execrable, bien, muy bien, sabe a gloria, y si no, también muy bien, siempre será una felicidad inmensa, que contigo y solo contigo se puede saborear, porque tienes la gracia del mundo y me gustas más que ningún libro".
¿Habrá piropo más bonito que ese "me gustas más que ningún libro"? Qué mujer más linda, la Emilia...
3 comentarios:
¡Tú si que eres linda! Qué pedazo de abrazo te daba ahora mismo. Gracias, queridísima Lu.
Apoyo la moción abrazadora. Besos emocionados.
Me parece un español difícil para mi, nunca se sabe :) porque lo que has escrito sobre ella me encanta.
Un bezo
tu(a) petarda
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