Estos documentales me dejan siempre medio tristona. Por un lado me gusta muchísimo cotillear en la vida de personas que me parecen interesantes, como es el caso de Lemmy, pero por otro... descubrir que está enganchado a las tragaperras o que nunca ha tenido pareja estable lo humaniza demasiado, al nivel del hombre que veo todos los días en el bar de abajo, y sufro por él. Sí, es un motherfucker molón que vive como quiere, pero verlo en un camerino esperando a salir al escenario, ahí, solo, con su tragaperras portátil... Plátano-fresa-fresa y combinaciones aún más exóticas e hipnotizantes, una detrás de otra. Bueno, a lo mejor él es feliz así, o necesita desconectar la mente con algo mecánico, qué sé yo, no puedo opinar sobre eso, pero tampoco puedo evitar sentir un puntito de tristeza. Todo se ve distinto desde fuera, y más si es a través de una cámara. Pero es que a mí la vida rocanrolera siempre me ha dado pena, que queréis que os diga, como la de los payasos de los circos. Cosas mías. Horas de carretera, horas de espera en aeropuertos, horas de ensayos, horas meses de "no se me ocurre un puto acorde, estoy acabado", horas de entrevistas tediosas... Cosas así se me pasan por la cabeza. Pero claro, después esta gente se sube a un escenario y tiene enfrente a miles de personas disfrutando a la vez. Y eso tiene que merecer la pena, supongo. Tiene que ser muy fuerte sentir eso, ¿no creéis? Un estadio lleno...
Y no sé por qué me ha dado por comentar esto y no su pasado musical (que desconocía), o su colección de espadas, o su amor por Little Richard y los Beatles, o su estética de nazi rocanrolero, o su hijo, o su síndrome de Diogénes, o aquella novia que vio muerta.
En cualquier caso recomiendo ver el documental, Lemmy es 100% Lemmy.
9 comentarios:
Qué coincidencia, ayer vimos el documental de Anvil, que me gustó pero me pareció demasiado feel-good. Por lo que leo, Lemmy me dará lo que esperaba...
Un Jesusito recomienda en la misma vena: La autobiografía de (no, no la de Klaus Kinski, bueno, esa también) Ozzy Osbourne, "I am Ozzy". Genial.
Pinta muy bien , tengo que incarle el diente lo mas rapido posible.
Un abrazo
Jesusito, el Nicolai me regaló hace unos días la de Ozzy. Conexión again.
Pues como empieces con el libro no paras, es una maravilla. Genialidad tras genialidad...
Lo tengo bajado, cuando termine exámenes me lo pondré y supongo que un siglo de estos haré un post sobre el documental, como hice con el de The Edge, Jimmy Page y Jack White. Lo que dices de que dan un poco de pena por esa vida de feriante nómada, no te falta razón. Alguna vez lo he pensado. Tiene que ser un poco desorientador después de cuarenta años, o todo lo contrario, lo cual casi es peor porque llegará un día en el que no pueda seguir y entonces tendrá que quedarse en casa y...
Eres la leche my Lu, platano-fresa-plátano, lo que me he descojonado con eso...la verdad es que es mejor no conocer a los héroes en persona, saldriamos corriendo o quizás no, quién sabe...Este tipo es genuino , eso está claro Lemmy sólo hay uno, the ace of spades...jajaja...plátano-fresa-plátano...me despiporro...eso es digno de nuestro Aitortxu...jajaja.Un super abrazo.
Por cierto me ha dicho mi hermana que ha estado en una boda que en sevilla aunque llueve que da por culo, vente pa Bilbao que esto es Miami.Bueno que pronto te vas a L.A. so mamona...Bsos anyway.
Jejejeje... es verdad, amiga Lu; Lemmy siempre ha tenido much afición por las espadas y la estética nazi; además de por muchas otras cosas guerreras: uniformes, armas... una vez escribí algo cachondo sobre eso, que también hacía entrever el sentido del humor tan atravesado que tiene... dejo el enlace:
http://www.blogin-in-the-wind.es/2010/08/14/humor-ingles/
Buscaré el documental, que no lo conocía.
Sí, Aitor, qué chungo...
Joserra, me alegro de haber visto el documental antes de ir a L.A. Pienso pasarme por el Rainbow, a ver si me encuentro al Lemmy en su rinconcito de la barra. Por lo visto no se le puede interrumpir cuando está piña-fresa-piña, pero cuando deja de jugar, charla con todo el mundo. Lu, 49% motherfucker, 51% daughter of a bitch. For sure.
El humor de Lemmy es especialito, Carrascus. Ya verás más ejemplos en el documental...
Besos!
Pues sí que da grima, sí. Aunque supongo que es como el mecánico o el camarero que no sabe hacer otra cosa en la vida y tb sienten esa misma soledad. Está bien humanizarlos, es el objetivo de muchos de estos docus. Otra cosa es que queramos ver a nuestros dioses como humanos.
Publicar un comentario