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- Una lubina grande
- Limón
- Aceite de oliva vírgen extra
- 1 guindilla
- Medio vaso de vino blanco seco
- Ajos por un tubo
- Sal
A la hora de comprar la lubina, le pedimos al pescaero o pescaera que nos la prepare para hacer a la espalda, abierta y limpita.
En una plancha al fuego, colocamos la lubina con la piel para abajo lo justo para dorarla un poco. La pasamos a una fuente de horno y la rociamos con aceite de oliva, el zumo del limón, vino blanco y sal. La metemos en el horno precalentado a 180º unos 8 minutos, y mientras tanto doramos en aceite los dientes de ajo cortados en láminas y la guindilla. Una vez esté lista la lubina (comprobamos viendo que la espina se separa limpiamente de la carne), la rocíamos con el aceite de ajo y guindilla antes de servir.
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