Esta receta es asturiana, de nuestro querido amigo Chas, y es una auténtica finura por su sencillez, textura y sabor.
Ingredientes (para 4 personas):
- 500 g. de fabes de La Granja
- 500 g. de almejas
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 hoja de laurel
- 2 cucharaditas de pimentón de La Vera (Chas le pone una, cuestión de gustos)
- Sal
- Aceite de oliva virgen
- Agua
Dejamos las fabes en remojo la noche anterior en abundante agua con sal. Escurrimos y colocamos en una olla junto con media cebolla picada en trozos, la hoja de laurel y un chorro de aceite. Las cubrimos con agua, sazonamos y dejamos cocer a fuego lento unas 2 horas. Para ser precavida medí primero una hora, pero fui vigilándolas 15 minutos más, y 15 minutos más, y 15 minutos más... Creo que al final fueron casi 2 horas. La idea es que las fabes queden en su punto, tiernas como mantequilla pero enteras, que no se deshagan, que después las vamos a tener al fuego unos minutillos más.
Lavamos bien las almejas y las cocemos en agua con sal. A medida que se vayan abriendo las vamos retirando con una espumadera y las reservamos en un bol. Colamos el caldo en un vaso, que es lo que le va a dar el punto maestro al guiso.
En una sartén con dos cucharadas de aceite ponemos a dorar el ajo y la media cebolla restante bien picados con un poquito de sal. Una vez pochados, añadimos el pimentón (retirando del fuego para que no se queme), incorporamos el vasito de caldo, trituramos con la batidora e incorporamos a las fabes junto con las almejas. Finalmente, dejamos cocer todo junto un ratito más para que liguen los sabores. Listo para servir, aunque yo me las comí al día siguiente porque me gustan más los guisos de cuchareo de un día para otro.
Gracias, Chas. Aplausos y ovaciones.
EX-QUI-SI-TO.